Villa Antiopa: una lección en la gestión del patrimonio arqueológico propia del siglo XXI

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Desde el pasado mes de diciembre la provincia de Málaga cuenta con otro yacimiento romano a disposición de vecinos y visitantes. Nos referimos a la Villa Romana Antiopa localizada en Torre de Benagalbón , localidad perteneciente al Rincón de la Victoria . Es una auténtica superviviente de la euforia urbanística que sufre la costa malacitana y ello se debe en buena parte a una gestión que consideramos ejemplar. Sus restos conviven en perfecta armonía con una construcción contemporánea, en un “matrimonio” idílico entre los intereses urbanísticos y los patrimoniales, una cuestión inconcebible para muchos. Considerada como una de las villas marítimas mejor conservadas de Andalucía, fue declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2008 . En este recinto museográfico encontramos una buena parte del edificio principal de un gran complejo arquitectónico construido a finales del siglo III d.C. , principios del IV d.C. , donde se conservan un buen número de mosaicos y piezas arqueol

El Barrio de las Heras: un importante enclave arqueológico

En Martos existe un barrio que a pesar del olvido paulatino al que esta sometido desde hace ya algunos años, es de esos lugares que terminan sorprendiendo cuando se profundiza un poco en su larga historia: El barrio de las Heras o Llanete de San Miguel.
Ubicado en el casco histórico de la ciudad tuccitana, es uno de los barrios con más arraigo y en el que se encuentra la ermita de San Miguel, un templo sencillo pero muy antiguo; aunque se cree que pudo ser construido en el siglo XIV, los númerosos hallazgos que en torno a él se han encontrado podrían ser indicativos de la existencia de un lugar de culto, muy anterior a este, de época romana.

Ermita de San Miguel de Martos en el Llanete
Ermita de San Miguel del siglo XIV ubicada en pleno corazón del barrio del Llanete
A este barrio se le conocía también como "El Cerro del Real" y se encontraba fuera del recinto amurallado de la población. El historiador marteño Diego de Villalta hizo referencia a él allá por el año 1582 en su libro "Historia y Antigüedades de la Peña de Martos", en el que informa de manera detallada lo que estaba aconteciendo en este lugar:
<<...En los antiguos edificios que este año de quinientos y ochenta y dos se descubrieron debajo de tierra, en un cerro que ahora llaman del Real, que está junto a la peña de Martos, se halló una piedra negra cuadrada. Debajo de tierra escondidos se descubrieron grandes antiguallas de cimientos y argamasas y piedras con letras y mármoles, basas y capiteles muy labrados y artificiados de arquitectura...>>
De estas palabras podemos deducir la importancia de este barrio para la ciudad siglos atrás, siendo un enclave arqueológico de un potencial enorme y cuya relevancia se hará más manifiesta en siglos sucesivos con su urbanización. A pesar del valor de la zona, el barrio en su conjunto se ha ido transformando sin, en la mayoría de las veces, tener en cuenta su importancia y cometiéndose algunas barbaridades ante la mirada atenta de muchos vecinos y colectivos. 


Un yacimiento arqueológico molesto para el desarrollo de una ciudad


A partir del siglo XVI empieza un período de expansión de la ciudad en el que se configuran nuevos barrios, entre ellos el Barrio de las Heras y con ello comienzan a surgir vestigios de todas las épocas, que en la mayoría de los casos son espoliados y utilizados como materia prima para las nuevas construcciones.

Plaza del Llanete de Martos a finales del siglo XIX
Vista de la Plaza del Llanete a principios del siglo XX. En ella se puede ver a la izquierda 
de la fotografía el lugar que ocupaba el Molino del Rey (final de la Calle Campiña). A la derecha 
el inicio de la Calle Real.
El matrimonio formado por Don Francisco Muñoz Valenzuela y Doña Josefa Castilla y Escobedo, personas con renombre en la población por su labor humanitaria, compran el Molino del Rey: una almazara ubicada en la Plaza de los Infantes (nombre con el que también fue conocido el Llanete de San Miguel) y que perteneció a la Real Hacienda. Durante los trabajos que se realizaron para la construcción de un aljibe en el patio o corral del molino hacia el año 1893-94, salió a la luz lo que sería el mayor descubrimiento conocido, estudiado e inventariado del siglo XIX en la ciudad de Martos y uno de los más importantes de la provincia de Jaén.

Molino del Rey en la plaza del Llanete de Martos
Imagen en la que se puede observar, dentro del barrio de las Heras y localizado
en la Plaza del Llanete, la ubicación exacta del Molino del Rey.
Imagen de principios del siglo XX.
Fueron muchos los eruditos en historia que visitaron la ciudad por aquel entonces en busca de tal colosal descubrimiento, entre ellos Don Manuel Gómez-Moreno, prestigioso arqueólogo granadino, que nos describe de manera minuciosa lo que pudo contemplar en el Molino del Rey:
<<...A unos 0,55 metros debajo del suelo actual corría un grueso derretido de argamasa sobre el cual se hallaron multitud de piedras despedazadas, restos de un suntuoso edificio y una inscripción latina; debajo se extendían sepulturas en desorden, pero a un mismo nivel y enfiladas de Oriente a Occidente. El número de las desenvueltas se acerca a veinte: tres de mármol y el resto de ladrillo cubiertas con losas de arenisca. Sobre cada sepultura había empotradas vasijas muy toscas cónicas que parecían corresponder con algún ritual fúnebre. De los tres sarcófagos marmóreos, uno esta enriquecido con esculturas y los otros lisos. En todas las sepulturas se hallaron esqueletos...>>
Gómez-Moreno continúa diciendo que a pesar de la utilización en modernas construcciones de las piedras halladas, el molino estaba repleto todavía de las que se extrajeron, entre las que cita: la mitad de un fuste de granito con su astrágalo, parte de otro fuste de mármol blanquecino de 0.50 cm de diámetro, fragmentos de capiteles corintios, basas, trozos de cornisa de mármol azulado, fustes estriados, dos inscripciones sepulcrales, un cipo sepulcral pagano y piezas ornamentales cristianas talladas en arenisca pajiza con labores de rombos, rosetas y círculos enlazados con resaltos a bisel.

A pesar de la magnitud del descubrimiento, no existió ningún estudio arqueológico ni excavación extensiva más que lo que se abrió para la construcción de un pozo y el aljibe. Es más, en algún informe posterior realizado ya en el siglo XX lo único considerado de entidad de todo aquel pedregal era el famoso sarcófago paleocristiano, tildando de escasa importancia el resto de piezas.

Un sarcófago paleocristiano que sobrevivió al espolio y a los anticuarios 


Una de las piezas más significativas encontradas en aquel yacimiento, es el famoso Sarcófago Paleocristiano de Martos: una bellísima sepultura de mármol blanco de principios del siglo IV de factura italiana, esculpido en su frente y dividido en siete nichos que representan escenas bíblicas muy bien labradas.

Sarcófago Paleocristiano de Martos
Sarcófago Paleocristiano de Martos ubicado en la sede de la Fundación Castilla
(conocida como Gota de Leche) en la Calle Puerta de Jaén de Martos 
Aunque de la tapa solo se conserva un 30 % del grosor total, en ella se pueden distinguir algunas formas con las que estaba decorada. Su mutilación pudo deberse según Gomez-Moreno a la necesidad de enrasar bien el pavimento de encima para evitar que el sarcófago sobresaliera, por lo que hace pensar que tuvo dos usos: uno colocado a la vista en algún edificio y no mucho tiempo después, enterrado acogiendo probablemente a otro cuerpo.

Sarcófago Paleocristiano de Martos
Otra imagen del sarcófago en el mismo lugar

Según recoge Alfredo Cazabán (escritor y periodista de la provincia de Jaén) el sarcófago contenía en su interior un esqueleto de una persona que debió ser de elevada estatura y varios tarros de cerámica de unos 15 cm de diámetro y 10 cm de altura; fue inhumado en la capilla que la Fundación Castilla, administrada por Doña Josefa Castilla, poseía junto a la sede en la calle Puerta de Jaén de la localidad.

Inscripción del Baptisterio Paleocristiano de Martos
Inscripción cristiana encontrada junto con el sarcófago y que el Padre Alejandro Recio
estudió, creyendo que puede tratarse de parte de un baptisterio paleocristiano.
La inscripción traducida dice así:
<< Abierta está la entrada, el sagrado recinto de Cristo; corred a porfía ,
naciones y pueblos, venid, y, como dádiva de Dios, recibid, sedientos, la vida>>
En la actualidad conservada en la colección arqueológica privada del
Museo Padres Franciscanos de Martos.
Casi todas las piezas encontradas en el yacimiento estuvieron expuestas durante un tiempo en el molino. Muchos académicos y arqueólogos visitaron este museo improvisado, así como dueños de anticuarios a la caza de tan magníficas piezas. Se intentó en varias ocasiones la compra del sarcófago a la familia, pero ninguna llegó a término. El sarcófago, junto con un cipo sepulcral  y una inscripción cristiana fueron trasladados a la sede de la Fundación Castilla, dónde estuvieron bien custodiadas e inventariadas. Al sarcófago se le asigno un valor de 1000 pesetas y durante mucho tiempo, debido a la necesidad de liquidez para poder llevar a cabo la labor humanitaria, fueron varios los intentos de venta; entre estos al Estado a través de la Real Academia de la Historia. Finalmente en 1975 el sarcófago fue donado al Museo Provincial de Jaén, dónde se encuentra desde entonces, siendo una de sus piezas más destacadas.


Capilla de la Fundación Castilla de Martos en la Puerta de Jaén
Capilla Gótica de la Fundación Castilla que se
encontraba en la calle Puerta de Jaén. La capilla fue derruida para
la construcción de cocheras, aunque se dice que pudo ser
desmontada su fachada (en paradero desconocido).

El patrimonio arqueológico del yacimiento: entre el mercadeo, el reciclaje y la escoria


Sólo tres piezas salvadas de aquel yacimiento. Repito, sólo tres piezas. Tres piezas que consideraron dignas y que, gracias a la intervención de algunas personalidades, hoy pueden ser disfrutadas. Lo que ocurrió con el resto de piedras poco se sabe. Su paradero es desconocido. En una época ausente de leyes de patrimonio histórico, es más que probable que muchas de las piezas fuesen vendidas a anticuarios para engrosar colecciones particulares; otras posiblemente fueron picadas, destruidas y utilizadas en nuevas edificaciones; y muchas de ellas posiblemente quedaran sepultadas.

En los años 60 con motivo de la construcción del Mercado de Abastos y Correos justo en el lugar dónde se ubicaba el molino, el Padre Alejandro Recio intentó estudiar el lugar, pero no se lo pusieron muy fácil. Pudo recuperar algunas piezas, sobre todo romanas y visionar algunas de las estructuras  descritas por Gómez-Moreno. Además pudo observar la planta de dos pozos, cuyas paredes formaba un material de relleno fragmentado, epigráfico y esculturado, que quedaron sin limpiar a pesar del deseo del padre franciscano.

Cipo Sepulcral de Martos
Cipo sepulcral pagano del siglo II descrito por Gómez-Moreno
en el Molino del Rey y que hoy se conserva en la Casa de la Cultura de Martos.
<<D * M *  S * / IVLIA * FFSILVA/ ANN * XXIII / P * I * S * H * S * EST /   S * T * T * L>> 

"Consagrado a los Dioses Manes / Julia Silva, hija de Fabio, de veinte y tres años, piadosa para con los suyos, aquí esta sepultada / Séate la tierra ligera"

Martos: una ciudad que teme ser descubierta y ocupar los primeros puestos del panorama arqueológico.


La arqueología en la ciudad de Martos es una ciencia temida y de la que se huye de manera constante. Una ciudad milenaria dónde en el último lustro apenas se han realizado actuaciones arqueológicas y dónde la clandestinidad, a veces, es la salida de muchos ante el temor a la paralización de las obras y la falta de ayudas por parte de las administraciones. La destrucción del patrimonio arqueológico ante la mirada atónita de los vecinos, ha sido la tónica imperante en la antigua Avgvsta Gemella Tvccitana a la espera de un programa arqueológico, demandado por diversos colectivos desde hace décadas, que ahonde en el pasado de la localidad y aflore lo que a todas luces podría convertirse en un revulsivo para muchos de los barrios que hoy nadan a la deriva ante la falta de servicios y actividad económica.
No obstante parece existir un cambio en la actitud a la hora de afrontar ciertos retos y que en próximos meses y años veremos si realmente es un giro de timón en la política que hasta ahora se venía ejerciendo.

Si queréis conocer un poco más de la ciudad de Martos os invito a leer la publicación sobre la Basílica Paleocristiana de Martos, en proceso de recuperación y puesta en valor.


Y hasta aquí me despido por hoy. Espero no haberme extendido demasiado. Hasta la próxima!!

¿Contamos Historia?


A continuación os muestro las fuentes utilizadas en el proceso de documentación, tanto fotográficas como escritas:

GÓMEZ MORENO, M. Antiguedades cristianas de Martos. 1949. p.403-414; Misceláneas.

El sarcofago latino-cristiano, de Martos. Don Lope de Sosa. Crónica Mensual de la Provincia de Jaén. 12/1923, pag. 360-361. p.360-361.

Historia y Antigüedades de la Peña de Martos. Diego de Villalta. 1579-1582.

Revista Aldaba, nº 35 p. 77-82.

Expediente sobre el sarcófago paleocristiano de Martos. Biblioteca Miguel de Cervantes. 

La colección de antigüedades del Padre Fr. Alejandro Recio. Concepción Fdez-Chicarro y Alejandro Recio. 

La inscripción poética monumental del antiguo baptisterio de la sede Tuccitana (Martos) en la Baetica. Actas del XI Congreso Internacional de Arqueología Chrétienne. 1986.

Fotografías: 

- Fondo Antiguo y Archivo Histórico Universitario de la Universidad de Sevilla.
- Fondo fotográfico de la Asociación Histórico Cultural Martos en el Recuerdo.
- Fondos propios.


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